ALTO SUEÑO
Emprender un viaje de pesca, siempre lleva su tiempo de preparación. En este caso fueron largos 9 meses. La pandemia nos obligó a quedarnos en la zona y no poder llegar a nuestro querido Paraná.
Hacía meses que estábamos planeando un viaje que además de pesca, nos sirviera para recolectar imágenes, charlar con lugareños y la perspectiva que te da estar en el lugar de los hechos, a sabiendas de todo lo que pasa en el Río Paraná por su bajante extraordinaria y la depredación a la cual es sometido diariamente. Para eso contamos con la ayuda de miembros de la APDL (Asociación de Pescadores Deportivos del Litoral), con quien la APPM está hermanada y comprometida en el cuidado del medio ambiente. Pero además había otro condimento, probar una embarcación que luego de varios meses y largos trámites, había obtenido la habilitación para navegar unos días antes de la cuarentena y sólo se pudo chequear un rato en los Canales del Río de la Plata.
Pero volviendo al tema preparativos… las llamadas, el grupo de WhatsApp que siempre se arma para definir todo, que si las moscas, que quien se encargaba de la bebida (como si en la APPM hubiera dudas, Mudo Style), que la comida, los autos, y el rompe bolas de siempre (si, vamos a hablarles en criollo) que preguntaba si tenían las líneas que iban en sus cañas, que el nylon/fluoro para el leader o el cable de acero y etc. Semanas de preparación con tranquilidad, pero esos días previos una ansiedad fulminante. Preparamos camioneta, auto, enganche, luces del trailer, cosas de la lancha y salimos a la ruta.
Un viaje en cámara lenta, todos los que han llevado la responsabilidad de tirar un trailer saben de lo que les hablo: ves crecer el pasto, literal. Además, como si eso fuera poco, vas cortando clavos con el tujes. Bulones en mi caso. Paradas programadas para cargar combustible, revisar cosas, charlar un rato entre todos, cargar termos; todo se disfruta cuando viajas entre amigos. Luego de casi 15hs de viaje, ¡llegamos a destino! Tanta felicidad que bese el suelo.
Habíamos empezado a cumplir un sueño; estábamos en el Alto Paraná, con una Banda de amigos impresionante y habíamos llegado sin inconvenientes, tirando una lancha gigante por más de 1000kms. Lo típico. Te instalas en el lugar, empezar a bajar las cosas, charlar, comer y armar los equipos para la mañana siguiente.
Yo les pregunto en serio: ¿alguien puede dormir la noche antes de ir a pescar? Esta vez, yo, sí, es más, me pellizco mientras escribo esto, porque para mí, fue un sueño… ¡un Alto Sueño!
EPIC DAY
El primer día fue irreal. Épico. Imposible de transmitir. Surrealista. Se los resumo así: arrancas a las 06.00hs tomando unos mates en un banco de arena, moves unos barcos que no llegan a tomar la mosca, probas una lancha nueva, poleas un banco de arena de ensueño, navegas hasta una zona de palos muy picantes, moves unos doradillos y un amigo se clava una Vaca, le sacas fotos en un banco de arena impresionante, haces un llamado y chequeas si tenes una hélice para cambiarle al motor porque no te gustó como iba con la original, decidís salir del agua, y mientras te comes un chegusan de carne ahumada en el camino, te vas a buscar la hélice a 100kms de donde estás, llegas, hacen 35 a la sombra, confirmas que le va, estás por volver y el niño del grupo arranca con un caprichito de helado, nos vamos a un shopping, si, un shopping, entras a un Mc Donald’s, te pedís 4 Mc Flurry’s para comer en el camino de regreso, te cruzas dos aviones del ejército haciendo maniobras y te pegas un julepe bárbaro, llegas, cambias la hélice, te dormís una siesta y salís manso y tranquilo con el matecito listo a merendar a una isla mientras uno pierde otro Dorado bestia, pasan nuevamente los aviones a vuelo rasante al borde del agua, te volves a asustar, vos te clavas uno de 15.5kgs (reales, no de guía) que te caga a palos, el otro se clava otro de 15.3kgs y todo esto mientras le entraste a una lata de birra por pescado bueno subido, 3 termos de mate, una caja de alfajores Guaymallén de fruta (caviar), un Block de medio metro, dos paquetes de galletitas y volves piola a la cabaña. Así de irreal. Bizarro.
¿Quién va a pescar Dorados a un lugar soñado, al medio de la nada y en el medio tiempo de la pesca se clava un helado de Mc Donald’s en un Shopping? Lo contas y no te cree nadie.
Los tres habíamos clavado los Dorados que fuimos a buscar. Los tres habíamos tenido buenas chances el primer día. Lucho se clavó un Dorado hermoso, largo, con un color intenso y muy saludable, pescando palos con un streamer al que le tenía mucha fe. Luego con la misma mosca metí otro de los buenos. Nunca había visto un Dorado tan grande saltar tantas veces afuera del agua. Se me cortaba la respiración en cada salto, porque una cosa es un Doradillo y otra una chancha; las chances de corte son enormes. Y por último Milton metió el trofeo que esperaba, con una de sus mosquitas preferidas, que también le pegó un paseo hermoso. Así de loco es nuestro Alto Paraná. Así de generoso puede ser cuando hay tanto Karma, actitud positiva y energía de la buena.
Bueno, como seguimos ahora. Las charlas entre amigos esa cena, contando todo lo que había pasado en ambas lanchas, las risas y esos momentos únicos que uno no quisiera que pasen más.
PIEDRAS DAY
El Paraná es impredecible, pero el Alto Correntino un poquito más. El segundo día pintó fiero. Tormenta, viento, río que se ensuciaba un poco. Costó, pero algunos se movieron. Buscando en las diferentes estructuras pudimos pinchar algunos Doradillos. Con ratas, con poppers y con moscas más pequeñas. Probamos moscas, muchas. Pero teníamos más o menos una idea de lo que sabíamos no iba a fallar. Hasta que llegó el momento de pescar piedras: “la la la” diría mi amigo Lucho, cuando me vieron sacar la mosca con la que iba a pescar… creo que pensaron que traía una morena escondida entre las moscas. Un adefesio cuarentenero que até pensando exclusivamente en eso, pescar piedras. Simple, un anzuelo Tiemco 600SP 3/0, vestido con Big Fly Fibers de Hedron SIN CORTAR LOS RULOS (por favor que alguien me explique por qué se los cortan, es como comer el hueso del asado y tirar la carne), unos Flashabou, ojitos 3D y fin. Un “coso” de 30cms. Fácil de castear y con una natación que se parecía a un campeón olímpico. Fe ciega. La ato, me encomiendo a mis santitos y al agua. Unos tiros para medir distancia, como derivarla y a esperar la piedra picante. Cuando ya estaba en situación, de noche, con el último suspiro de un sol que había sido eclipsado un rato antes, tiro, corrijo, espero, espero, espero, siento qué pasa la piedra, la toca, la acaricia, y ¡PUM!, un Dorado de dos cifras largas, clavo, sostengo, resisto, empieza a correr, sube, se va a la piedra y fin del juego. Unos segundos. Cortó el loop de la línea al tocar la piedra. Regla número uno sobre líneas para pescar Dorados: cortarle el loop que traen y hacerle un perfect loop, lo más chiquito que se pueda, a lo criollo. No hay mejor opción que esa. Si total nunca entra dentro de la caña más que para guardarla la línea. El leader mide 220/230 y siempre queda afuera ese nudo. La línea no era mía. Pero no la chequee.
No me quedé calentito, para nada. En serio lo digo. Me sentí feliz porque lo moví, como yo esperaba, con mi mosca, en el lugar que yo pensaba que iba a estar. Calentito estaba “el guía”. Otro día de mucho aprendizaje se iba. Vi cosas que solo había escuchado de algún amigo: Dorados matando por matar. Jugaban con un sábalo muerto como si fuera una pelota de trapo y luego vi un Dorado de dos cifras saltar y comerse en el aire, partir al medio literalmente a un sábalo de unos 3/4kgs como si fuera de gelatina. Noche de asadito, compartir la charla, socializar los errores y los aciertos. Con amigos todo es más fácil, sobre todo si pescan. Y mientras nos debatíamos entre vacío o morcillitas, íbamos preparando los equipos para el día siguiente, cargando baterías de eléctricos y esas cosas.
DREAM DAY
La mañana del tercer día arrancó tranquila, más que los días anteriores porque íbamos a meterle navegación y pesca fuerte hasta tarde. La idea era buscar omnívoros. Un vicio malo. Que a mi particularmente me vuela la cabeza. Lamentablemente nos encontramos con algo que nos dolió mucho a todos: cientos de metros, miles para ser exactos, de islas y bosques quemados. Algo imposible de contarles. El olor a humo todavía se sentía a pesar de las semanas que habían pasado.
¿Como se explica tanto daño sin sentido? En una zona que es reserva y que no hay producción de nada. ¿Porque lo hacen? Inentendible.
Omnívoros ausentes. De capricho le metí dos Pirá Pitá lindos a pez visto, uno con un Streamer pequeño y otro con la clásica bolita de plástico. Durante la mañana nos pasó otra de esas cosas que hacen que uno termine más manija aún. Lucho tira con toda la fe del mundo a un lugar que ya nos había pagado tres Dorados trofeo un tiempo atrás. La mosca entra… pasa… strep… ¡BUM! otro trofeo. El Dorado se mete entre los palos y los nervios se apoderaban de la lancha. Silencio de radio. Nadie hablaba. Zafó de uno, respiramos, pero se metió en otro. Otra lección aprendida: la boca de los Dorados del Alto te abren anzuelos como si fueran de papel. El Dorado siguió viaje y nosotros puteando en mil idiomas.
Al mediodía le metimos “campamento veneno” entre las dos lanchas y Lucho se hizo unas hamburguesas de película. Mientras tanto me puse a jugar con un pendiente que tenía: la caña 1 y las mojarras que aparecen enseguida que uno tira una miga de pan. Un ratito muy divertido clavando las perlitas del Paraná. Almuerzo a orillas del Río, una pequeña siesta para reponer energías y a la cancha de vuelta. Una tarde soñada para navegar. El Río parecida de aceite. No se sabía dónde empezaba el cielo. Era un espejo perfecto. Un día que en lo personal aproveché bastante, adquiriendo conocimientos sobre la navegación. Aprender a identificar estructuras sumergidas, ver los accidentes que tiene el agua y establecer los criterios básicos de seguridad para esas aguas. Luego a lo nuestro: pescar palos picantes. Hicimos unas pasadas sin demasiado movimiento, apenas otra de esas cosas que se ven pescando: un Dorado saltó por completo fuera del agua con una violencia impresionante para cazarme la mosca, pero le erró, que bicho diabólico por favor. Luego pasamos a unas barrancas y empezamos la deriva lenta de regreso mientras casteabamos lo más pegado a la orilla que se pudiera. Yo ya estaba en modo “los voy a pescar como se me cante”. Así que casteaba un streamers rosa con cabeza violeta y ojitos de plomo y lo traía a dos manos, con la caña abajo del brazo al mejor estilo “saltwatero”. Llegando a la salida de una Laguna, vemos un poco de movimiento y le caigo encima al desparramo de sábalos con mi mosquita. Apenas cae, caña bajo el brazo y strep a fondo. Al segundo o tercero siento la tensión y clavo con todo el cuerpo primero hacia atrás y después acomodo la caña en la mano derecha y devuelta aseguro la clavada. Un lindo Dorado, que estaba malísimo, nos sacó al medio del Río y nos paseó un rato. Luego a repetir bajada, intentar en el medio del quilombo y seguir hacia “agua muerta”. A mitad de la caída, en agua muerta, esa que no se le tiene nada de fe, Milton tiene una tomada enorme, un remolino gigante, tensa, clava y el giro de la bestia, se saca la mosca, la cual queda en el agua y al instante la toma otro Dorado que al tensar también se va. Luego de las puteadas y lamentos, dos Dorados trofeo perdidos, revisamos la mosca y la encontramos abierta como si fuera de alambre dulce. El primer Dorado la había abierto, por su propio peso y tensión, una bestia. Bestias de dos cifras largas, muy largas.
La tardecita siguió pescando unas piedras, moviendo unos chiquitos y final para una salida soñada, por donde se la mire. El asadito de rigor para festejar la previa del cumple de Pablo, alistar las cosas para volver y esas charlas hasta tarde bien regadas de bebidas espirituosas.
Ahora un poquito de reflexión sobre la pesca y algunas consideraciones técnicas.
La pesca de Dorados trofeo implica varias cosas, desde el equipo, la técnica de pesca, las moscas, horas en el agua y lo más importante: la concentración. Son peces que no te regalan un centímetro de ventaja. Imaginen que un trofeo de 15 kgs o más, lleva en el río más de 10 años de crecimiento, esquivando mallones, trampas, espineles, otros depredadores, etc etc. Si uno no está atento y con la cabeza en el agua, alpiste. Y estar atentos implica entender que la mosca en el agua PESCA SIEMPRE. Si, incluso ese roll al lado de la lancha, el back cast caído que te queda atrás o el tiro más malo que hagamos. Siempre.
Es una pesca tensa, de mucho sacrificio, de cientos de miles de tiros, perfectos, en los rincones donde deben ir, derivando como debe hacerlo. No es suerte. Porque a la suerte hay que ayudarla. Como me recordó mi Maestro de atado (Rubén Martín) hace unos días, lo que el golfista argentino Roberto De Vicenzo decía: “Tengo suerte, pero cuanto más entreno, más suerte tengo…”. La pesca empieza antes, en casa, con la elección de la caña y algo no menor, la línea que vamos a ponerle a esa caña según nuestra preferencia y las moscas que pensamos mover. Otro dato es la composición del leader. Nosotros no damos muchas vueltas. Fluoro 70lbs con un cable de acero AFW 1×19 de 46 libras si estamos líricos o 61lbs cuando nos ponemos serios. A veces el 7×7 65 libras. ¿Y el fusible? En las luces del auto. En la pesca de estos bichos el fusible en mi caso es la caña contra el palo, pero jamás el pez con un piercing. Salvo excepciones que uno por descuido tiene, como me pasó esta vez con el loop de una línea. Es la primera vez que me corta un Dorado.
La cosa es así, las líneas de Dorado o Saltwater tienen 50lbs de resistencia en el core o alma. En general no sobrepasamos esa fuerza ya que entra en juego la acción de trabajo de la caña, el leader, el agua, etc. Pero una corrida de un Dorado grande en el primer contacto, puede provocar dos cosas: abrir el anzuelo como papel o cortar en algún punto el cable, leader, o en lo más crítico, los nudos. Por esto hay que estar muy atentos, elegir lo que sirve, revisar bien todo y minimizar las chances.
Y por último las moscas. Las pocas chances que te dan, implica que uno le ponga mucho cuidado a este tema. Una cosa es pescar Doradillos y otra un Dorado de verdad. El anzuelo es VITAL. Tenemos que poner lo mejor que se consiga. Y pocos le dan bola a esto. Luego gastan una fortuna en viaje, pero lo que los conecta con el pez es algo en lo que pijotearon al mango. Con 10 mosquitas “picantes” que tengan van a andar bien. Porque casi no hay pérdida. Entonces vale la pena “invertir” en un anzuelo bueno. Tiemco 600SP, Gamakatsu SL12, Ahrex Blue Water, etc. Los valen. Cada centavo.
El tema cañas es particular. Yo utilizo cañas 8 extra rápidas el 90% del tiempo. Me siento cómodo con ellas y puedo mover las moscas de mi preferencia. Pero esta vez pesqué mucho con dos cañas 7 (placer absoluto), ajustando moscas para ellas. Y algo que muchos van a leer de reojo: CAÑA 9. Si señores. No les tengan miedo a estas cañas. Las varas modernas en esa numeración son realmente muy livianas y nos permiten mover grandes moscas sin mayores esfuerzos. Son bienvenidas, además, cuando el “innombrable” comienza a soplar. El enemigo mosquero número 1.
Para omnívoros no entraré en demasiados detalles ahora, quizás más adelante lo haga. Pero básicamente caña 6 con línea de flote standard de torpedo largo. Casi un equipo “truchero”. Con leaders acordes de 30/40/50 lbs según situación. Pero todo esto que detallo, NO SIRVE DE NADA si no practicamos. En mi caso particular y el de Lucho, tenemos horas y horas y horas de pruebas de equipos y casteo. Como mínimo una vez a la semana. Todo el año. Ajustando cosas y definiendo desde la caña, que línea para esa caña, para que situación y con qué mosca. Horas de trabajo/entrenamiento que se reflejan en cada tiro. Por último, el Paraná no es tirar y sacar una Vaca, algunos creen que es agua sucia en la cual revoleas un pollo y listo. Que no pescas a pez visto, que solo es colar agua, que carece de estructuras y etc. Los invito cuando quieran, me escriben y vamos. Se van a llevar una sorpresa espeluznante.
Agradecimientos
De nuestra parte, y digo nuestra porque es lo que siente este grupo humano que compone la APPM, queremos agradecer profundamente a los miembros de la APDL por el trabajo que llevan adelante todos los días para proteger los ríos del Litoral. Muchos no toman dimensión de lo que esta tarea conlleva, el sacrificio y la exposición personal. Los ríos de nuestro Litoral nos necesitan a TODOS, no los dejemos solos, como sea démosles una mano, porque lo hacen por nosotros, por los ríos. En lo personal gracias eternas a su Presidente Carlos Iconicoff, a su Vice Dante Capitanich y a los Vocales Pablo Chapero y Sergio Antúnez Rossi, con quienes pude charlar o compartir unos días juntos y comprender un poco más lo que sucede en esa zona.
Como suelo repetir cuando me siento a escribir: esto es mi visión, mi mirada, mi experiencia. Un simple relato de lo vivido. Que lejos está de ser una receta a seguir o la verdad absoluta. No deja de ser la observación subjetiva de un ser humano. Un simple pescador, malísimo en muchísimas cosas y que todo el tiempo está aprendiendo algo. Porque el día que crea que me las sé todas, que no tengo nada que aprender o que sepa la verdad absoluta, pasaré al bando de la soberbia, y ese día dejaré automáticamente de pescar. La pesca es pesca. Pero con amigos, es la gloria misma. Gracias a todos los que me acompañan en esta locura, gracias a quienes fueron parte de esta salida, tanto los muchachos de la APPM como Lucho Durán, Sergio Inchauspe, Julio Gigli, Fernando Bustelo y Milton Gareca, como a los de la APDL y Guías Pablo Chapero y Sergio Antúnez Rossi, que han pasado a ser desde hace rato, amigos entrañables a quienes respeto mucho por su condición humana y su profesionalismo. Amigos de fierro.
Señoras y Señores, hay que estar pescando, pero sobre todo respetando nuestro ecosistema y ambientes. Cuidemos nuestros ríos y sus peces, no permitamos que los sigan destruyendo, seamos parte del compromiso y el cambio.
¡Porque los ríos no tienen dueños, pero si quienes los defiendan!
M.M.d.l.C
Buenísima nota mati, me dio mucha risa la parte q sacaste la mosca grande para piedra 🤣🤣🤣 y q lindo es pescar entre amigos , y cuando uno encuentra ese grupo q todos laburan porque no es fácil tener tu embarcación y q todos ayuden, abrazooo
Gracias Pablo por tomarte el tiempo de leerla. Pescar con amigos de los que son para toda la vida es mágico. Abrazo!
Buena nota, gracias por compartir la experiencia
Gracias a vos por leerla y comentar Javier!
Tremenda nota Mati!!! Gracias por compartir esas vivencias!. Esto está para un libro!
Jajajaja Gracias Juan Cruz por leerla! Saludos!
Más que entretenida. Siempre es lindo escuchar historia del Paraná. Nada más lindo que estar ahí y navegarlo. Contando los días para volver.
Gracias por leerla Juan Cruz! Me alegro te haya gustado. Saludos!
Años antes de la pandemia, tuve la suerte de pescar en Esquina, mismo mes en años consecutivos, y ver la misma isla, con sus árboles y arbusto florecidos, y al año siguiente arrasada por el fuego, estremece los sentidos y me generó una tremenda tristeza. Para los que queremos a La Pacha, es algo inentendible.
La nota es excelente, la narración, la buena información, pero sobre todo, El Mensaje que tiene!!
Felicitaciones Matías!!!!
Gracias Lucas! Por tu tiempo y por lo que contas. Es tremendo. Acá en el Alto hay lugares que no los volveré a ver jamás igual. Abrazooo!
Es increíble lo que transmitis en cada párrafo, piel de gallina y carcajadas por momentos, esto es Hollywood para los que buscamos entusiasmarnos con el Alto, tremendo, te aplaudo y te aplaudo de pie! Leí las dos notas, te contesto en esta, aprendí y sobre todas las cosas disfruté leerte, mucho! Gracias locazo! Que bien le haces a la pesca con mosca!
Dieguito querido me haces sonrojar. Solo soy un pescador que intenta transmitir con pasión lo que hago y mi compromiso con el cuidado de estos ambientes maravillosos que tenemos y repletos de vida. Me sale así, no soy ejemplo de nada. Abrazo enorme y gracias por pasarte!