Una tarde, abordado por una curiosidad insostenible, casi como el peso de una carga muy pesada, mientras esperaba subirme a un avión en el aeropuerto de Ushuaia, se me ocurrió “googlear” lo siguiente: CURSO PESCA CON MOSCA LA PLATA. El resultado, un cambio de 180 grados en mi vida, algo que, a la luz de estos 10 años transcurridos desde entonces, ha sido una de las mayores decisiones personales que he tomado.
Esa tarde, no una tarde cualquiera, tiene fecha, tiene hora. Miércoles 25 de marzo de 2015, encontraba en la web, algo que se denominaba “Asociación Platense de Pescadores con Mosca” y por esa curiosidad que les mencionaba, hice click, entré a su web y me puse a buscar información para realizar un curso. Pero ¿cómo llegué hasta ahí? Pues esa misma mañana, había visto en el Río Olivia, al norte de la ciudad, a dos pescadores, padre e hijo, practicando a cagar a latigazos el agua y pescando truchas. Yo, que disponía de esa mañana libre, antes de regresar a casa luego de unas jornadas por trabajo, había llevado una cañita de spinning de 5 tramos que me entraba en un bolso y unas cucharitas para despuntar el vicio, pero esa danza de líneas en el aire y por sobre todo que se hayan arrimado a charlarme un rato y comentar por arriba de que se trataba, me enredaron para siempre. Jamás supe sus nombres, no recuerdo ni sus caras, fue una charla de 2 minutos, breve, a la pasada. Si leen estas líneas, quiero decirles GRACIAS por cambiar mi vida.
La cuestión es que había un mail, un correo electrónico, así que enseguida escribí y consulté por un curso, ahí, antes de subirme a un avión, tomé coraje y quité mis prejuicios, porque sinceramente, al leer “Asociación Platense” ya me imaginé un rejunte de viejos cajetillas, culitos con pespunte (como definió el Indio Solari al platense promedio), con doble apellido y miembros de la alta alcurnia local, pues La Plata es un pueblo grande y todos nos conocemos por una cosa u otra. Subí al avión, aterricé unas horas luego, a la madrugada del día siguiente y ya tenía la respuesta. El curso arrancaba en esos días, pero en el intercambio de mails que comencé de manera furiosa, ya me invitaban a pasar ese mismo jueves a ver de qué se trataba.


Desde ahí, no paré. Y cuando digo no paré, verán que realmente fue así. En los primeros tres meses, ya tenía realizado un curso de casteo básico y estaba anotado al de atado. Habían pasado por mis manos varias cañas de la APPM y me había comprado mi primera caña, una Pro Fish Beta 6. En seis meses tenía un curso intermedio de casteo, de atado, estaba anotado a los primeros cursos de Rubén Martín y había pasado por clases con otros atadores e “instructores” que quedarán en el recuerdo nomás, parte de la experiencia y de los personajes lamentables de esta actividad que solo buscan llevar agua hacia su molino y son vendedores de humo profesionales. Pesqué mi primer pez con mosca, una Tararira pequeña. Antes de terminar ese 2015, hice mi primera apertura de truchas en Patagonia, ya tenía 4 cañas, 6 o 7 reels, unas 10 líneas y había probado infinidad de equipos. Ni hablar la indumentaria y accesorios.
Arranqué el año 2016 con varios viajes a Patagonia, pues como casi todos en general, visualizaba la pesca con mosca únicamente con truchas, a pesar de haber ido en esos meses varias veces a pescar taruchas y chanchitas por arroyos cercanos, pero un día uno de los muchachos de APPM me invitó a pescar Dorados y desde ahí la locura fue TOTAL. Conocí al gran Pedro Prats, alguien que ya no está con nosotros y arrancó una seguidilla en la cual íbamos cada 15 días a pescar a San Pedro, pues había Doradillos y Tarariras por todos lados. Ese 2016 hice montones de viajes, la verdad ya se me van perdiendo en la memoria, pero además continué con las capacitaciones, clases, charlas y todo lo que podía hacer para seguir aprendiendo. La cuenta de cañas y líneas en uso o que habían pasado por mis manos era infernal. Lo más trascendental de ese viaje fue conocer Esquina, pero principalmente dar con el tipo que cambiaría mi percepción en la pesca de Dorados, alguien que hoy no solo es mi amigo, sino que es parte de mis afectos, el querido Pablo Chapero, el guía más picante que hay en el País de Dorados con mosca, pero lejos.






Entre 2017 y 2019 me “especialicé en Dorados”, infinidad de viajes a Esquina, Alto Paraná Correntino y por sobre todo a un lugar que para mí está en un rinconcito muy querido de mi corazón mosquero: Bella Vista. Habíamos conformado un “trío” entre Sergio “El Mudo” Inchauspe, Lucho “El Gallito” Durán y yo; íbamos todos los meses 3 días, a veces 4, otras dos veces al mes, recontra cebados los vagos. Con Pablo probamos infinidad de cosas, desde cañas, líneas, mosca hasta cables, nylon, snaps, de TODO. Teníamos cada vez mejores resultados, entrenábamos mucho en la semana el casteo y empezamos a mover los primeros Dorados de dos cifras. No entendíamos nada, tocábamos de manera regular peces que ni en nuestros sueños estaban.
No fueron solo Dorados. También seguí yendo a Patagonia, recorrí de punta a punta el sur pescando, realicé dos viajes en solitario a Tierra del Fuego y me recorrí TODA la isla pescando. Conocí el Parque Nacional Los Alerces y también lo floté en varios ríos más de una semana, volví varias veces y metí pescas épicas con amigos. También apareció el Limay en mi vida, el medio y el superior. Aprendí lo que era una buena cagada a palos y comencé a templar mi espíritu a orillas de un Superior que, al igual que el Paraná, dividen mi pasión y mis ansias, dueños ambos de mis mejores sueños.




En el plano de las capacitaciones, seguí con los cursos de Rubén Martín, pero además trabamos una amistad sincera y pude ir a pescar varias veces con él, aprendiendo infinidad de cosas y conociendo rincones mágicos de la Patagonia. Por otra parte, me anoté a cuanta clínica de casteo había y un día apareció Fernando Mosso, quién me guió en un viaje a través de las técnicas de pesca europeas, secas estilo americano y montones de cosas que fui aprendiendo en varios encuentros en Trolope, Mendoza y Valle Hermoso.
Otro de los “Highlight” en mi vida mosquera, fue descubrir la pesca del agua salada en el Caribe. Un viaje épico de dos semanas completas a Belize con Lucho y Sergio, me dejaron la cabeza destrozada al ver como pescaditos de unos pocos gramos peleaban como un Dorado de 10 kilos. Me enamoré del Tarpon, me hice amigo de los Bonefish y descubrí a los Rabo Rubio, Jacks y Barracudas. También me tomaron el pelo los Permit. Nunca más pude volver, pero algún día quisiera retomarla.

A esta altura, pisando el 2020, ya estaba en proceso de armar una lancha para pescar Dorados y habían pasado por mis manos más de 200 líneas y un número similar de cañas. Teníamos una lógica de compra/venta terrible con varios amigos. No hicimos más que una pequeña inversión inicial y luego íbamos rotando los equipos para poder probar todo lo que podíamos hasta definir las cañas y líneas titulares para nuestra pesca. Fueron tiempos maravilloso, irrepetibles, hicimos de todo para probar ciertos equipos que a veces estaban fuera de nuestro bolsillo. Revoleábamos cañas como locos, pero el aprendizaje, el entendimiento de que hacía cada vara, lo llevo conmigo para siempre.
Luego llegó la pandemia, la cual puso pausa de manera abrupta mi cronograma y agenda de pesca, además, como en todas las historias, también hubo cambios en mi vida, a nivel personal, que me tuvieron bastante golpeado y sin poder levantar cabeza. Fue un año complejo en todo sentido, pero los vivos de Instagram, donde muchos seguramente me fueron conociendo, me mantuvieron activo y enfocado.



Durante ese tiempo, programé capacitaciones con Rubén y Fernando, además de poner en el agua la lancha y comenzar a desandar mi camino Altoparanaense en solitario, ya sin la ayuda de nadie. Apareció la APDL, Carlos Iconicoff, Dante Capitanich y varios amigos más como Sergio Antúnez Rossi que me dieron sus consejos, me enseñaron muchísimo de “SU RÍO” y compartieron conmigo tiempo, algo que para mi es invaluable.
El año 2021 lo dediqué a una capacitación silenciosa para poder rendir al año siguiente el examen de Instructor de Fly Cast, algo que me debía y que necesitaba para cerrar un círculo y “dejar de opinar al pedo” de algunas cosas, pero no por no saber, sino porque parecía que sin un parche en el pecho no podías decir algunas cosas. Conocí a Nadir Dupuy, pescando la Albufera de Mar Chiquita y tocando Lenguados espectaculares. También aumenté mis conocimientos del Alto Paraná Correntino, aprendí a pescar Omnívoros y retomé los viajes a Patagonia. Mis equipos, ya tenían un perfil definido y lentamente me salí del compra/venta, dejando atrás una etapa de aprendizaje gigante.




2022 llegó con peces infernales, monstruos y una pelea por nuestro Río Paraná que me mantuvo bastante enfocado. Para este año, ya se habían vuelto un clásico, mis viajes a pescar solo varios días a Patagonia, para luego si, reunirme con el resto de los mosqueros platenses y continuar disfrutando y aprendiendo entre amigos. Lo mismo comenzó a sucederme con el APC, viajes solo, muchos, observando el río para aprender a descifrar sus secretos. Para octubre, no sin un camino de más capacitaciones, logré aprobar el examen de Instructor, junto a mi hermano de la vida Juanjo Graziotín.
Si bien todos los años, de estos 10, estuvieron marcados por varias cosas, el 2023, fue bisagra, pero de una manera diferente y triste. El año comenzó con montones de salidas en el APC y otras a Patagonia, la consolidación del team “Cierre Limay” con Nico, Juanchi, Marian y Cristian, y nuevos aprendizajes sobre técnicas de pesca. Mucha pesca en solitario, de Dorados en bancos de arena, me dejaron una enorme cantidad de peces de “dos cifras” en mi caña, quizás el año que más peces de esos portes pesqué. Pero, a finales de año, el robo de un bolso con TODAS mis moscas de Dorado, generaron un golpe durísimo en mi ánimo. Tantas horas dedicadas, tanto tiempo de experimentación, muchísimos días atando y se esfumaron en un segundo en manos de un amigo de lo ajeno, que seguramente no tenga ni idea lo que se llevó, pero no en valor monetario, sino en sueños, en aprendizajes, en esas cosas que no se pueden medir con dinero. Fue un golpe duro, muy duro. Aún me cuesta el tema. Esa experiencia dio pie al comienzo de otra historia, no vinculada a la pesca con mosca pero si a la pesca en general, pues por primera vez comenzaba a tirar señuelos con una caña de bait y arrancaba una fiebre que hasta el día de hoy estoy intentando contener. Este mismo año, el “matiasflyfishing” de Instagram, incursionó en un blog, abriendo la web matiasflyfishing.com donde pude explayarme sobre aprendizajes, viajes, anécdotas y más información que de otra manera no hubiera podido compartirles, pues las redes sociales me quedaban chicas y allí se prioriza la imagen por sobre las palabras. El blog me hizo llegar a lugares a los cuales me hubiera sido imposible llegar y a personas en todo el mundo.




El siguiente año, 2024, arrancó alejado de la mosca, pero aprendiendo muchísimo sobre la pesca con señuelos, enfocada al Dorado. Este aprendizaje me hizo dar cuenta de muchas cosas sobre la pesca con mosca y me hizo aún mejor pescador, en ciertas circunstancias, con las plumitas, por eso terminé el año más apegado que nunca a la mosca y tocando peces, de vuelta, demenciales. Pude afianzar el blog y lanzar la guía de Dorados con Mosca, un compilado de información, que no deja de ser solo mi experiencia, esquematizada y disponible de manera abierta para que todos puedan leer y, quizás, aprender algo. También aparecieron nuevos desafíos, nuevos amigos y muchas experiencias de pesca que fueron marcando el pulso, pero teniendo siempre en el radar la pesca con mosca.
Llegamos a marzo de 2025, diez años después de ese mail, con un bagaje, un conocimiento, aprendizaje y “expertice” bastante grande, pero que no deja de ser el mío y el cuál es contado a mi manera y como me sale, jamás con mala leche y siempre teniendo en cuenta la divulgación de la técnica sin ningún tipo de interés económico al respecto. Es completamente sincero mi transitar por acá, yo no busco convencer a nadie.


10 años, intensos, como verán, muy intensos. Me estoy olvidando, seguramente, muchas cosas, pero no es más que un repaso, para que sepan, para que vean, para que entiendan de dónde vengo y qué intensiones traigo. En este camino, no me moví ni un milímetro, sigo teniendo el mismo pensamiento que cuando comencé, la pesca con mosca es maravillosa, lastima algunos personajes en el medio.
Ese 25 de marzo, cambió mi vida, de verdad, la hizo completamente diferente a como era, me hizo ver el mundo de otra manera. Lamento no haber cruzado la barrera del prejuicio antes, pero esto no es culpa mía, es la de un ambiente que lejos de sumar, está todo el tiempo viendo como cagar al otro, encajarle un curso o un producto y que ven al pescador como un insumo para su supervivencia y no como un par con el cual compartir una actividad hermosa de manera altruista.




Para cerrar esta mini BIO mosquera, voy a agradecer, necesito agradecer a montones de amigos que fueron pasando, a los que se quedaron para siempre conmigo, a los que fueron sinceros, desinteresados y con quienes construimos una amistad, no voy a nombrarlos, ustedes saben quiénes son, por eso quiero decirte: GRACIAS.
También agradecer a mi casa mosquera, a la querida APPM, ese reducto de personas maravillosas que han sido parte de este camino y pueden dar fe de mis palabras. No solo dieron el puntapié inicial para mi formación, sino que además, luego de estar capacitado, me abrieron las puertas para ser parte de su staff de Instructores y Director de su Escuela de Atado, así como abrirme el espacio para que diera charlas y capacitaciones. Allí, además, conocí amigos para siempre, hermanos. Algunos siguen conmigo, otros, como mi querido Rodo Catini o Gabi Savorido, caminarán en mi corazón, conmigo, cada río que pise, porque ambos me hicieron mejor persona y en momentos críticos de mi vida, confiaron en mí y me dieron ánimo para nunca dejarme caer, por eso, aunque se hayan ido a pescar los ríos celestiales, están presentes siempre.


Gracias también a ustedes, a vos, que me seguís desde hace un tiempo, que me lees, que me escribís y te bancas mi acides. Te repito, jamás con mala leche, jamás con soberbia, siempre con la humildad de quienes seremos aprendices eternos.
A mis detractores, a mis haters, también les quiero agradecer, si, a vos, que me lees en silencio, porque estás pendiente de lo que hago, porque te remuerde la conciencia de que te equivocaste conmigo, que measte afuera del tarro, que tu ego no te permite reconocer lo bueno del otro, GRACIAS, porque sin vos no me hubiera esforzado tanto, lejos de hacerme caer, con tu maldad, fuiste el combustible para seguir y demostrarte que el que está en el piso sos vos, moral y psicológicamente.


La pesca con mosca me llevó a lugares que de otra manera no hubiera llegado. Me acercó a personas increíbles y experiencias que son las que motorizan hoy parte de mi vida, jamás me imaginé esto, soy tan agradecido, no se dan una idea de lo que me han ayudado. 10 años, ¿será tiempo y un camino suficiente para que me empiecen a tomar en serio? Esta es solo MI experiencia, otros, tendrán otra. Besis.
M.M.d.l.C.



Es hermosa la vida mati, pescar es eso. Gracias x tu historia, como todas, nos encuentra en similitudes y experiencias, lo q mas me gustó, es como arranco, la charla con este padre e hijo. Será q ocurrió? Estaban? Un día hablaremos d eso. Gracias siempre
Siempre digo que mi vida es de momentos increíbles. Me suceden cosas maravillosas. O quizás yo les doy esa interpretación. Estaban. En ese momento tenía un celular Samsung y perdí todas las fotos. Desde agosto de 2015 guardo cada registro de mi vida en una nube. Por eso hay tanta información, imágenes y videos de mi paso por la pesca con mosca. Abrazo Fabri! Gracias por estar!
Felicidades amigo que lindas palabras!!
Gracias por tu mención y por 100 años más de pesca !! Gracias por tu amistad!!
Salud nalgona ,se me pianto un lagrimon al leerme ahi en tu historia mosquera!!
Muy buena Mati! Te sigo hace aproximadamente 1 año y he aprendido un montón de cosas con el contenido que vas subiendo. Personalmente tengo poco recorrido en pesca con mosca, pero mi inquietud también nació al ver un mosquero en Ushuaia.. te mando un abrazo y felicidades!
Gracias Santiago por tomarte el tiempo en leerme! Perdón por la demora en contestar pero no me mostraba los mensajes la app. Ushuaia nos a despertado a varios al parecer. Saludos!
Excelente historia Mati!! Seguí así, sos de los pocos por qué tiran la posta sin ningún interés por detras en este
ambiente. Gracias y por muchos años más!!
Gastón gracias por leerme. Simplemente cuento mi historia. Siempre digo lo mismo. Otros tendrán otra. Abrazo!
Muy bueno Mati!!
Al hablar con vos se nota que sos una buena persona, que en definitiva lo mas importante
Abrazo
Marcelo Touris
El tema está cuando me invitas a un asado… ahí se termina lo de buena persona! Jajaja abrazo Marcelo!
hola Matias Lindo tu Blog Lo descuri hace poco y te sigo Hago pesca de truchas en ambientes chicos pero algunas cosas que escribis me sirven y motivan No aflojes!
Muchas gracias Héctor! Gracias por tu tiempo en leerme y comentar. Saludos!